"Amar es destruir, y ser amado, es ser destruido". "Me amas,
¿Real o no real?", "My name is Ron. Ron Weasley", "Lo juro por
el Ángel Raziel", "El fuego se propaga, y si nosotros ardemos, tú
arderás con nosotros", "Switch and flip: Vingardium Leviôsa".


lunes, 8 de julio de 2013

Lazos de Sangre: Hado.

Posó con delicadeza la mano encima de la mía 
y una corriente eléctrica recorrió por entero mi cuerpo.
Tuve que esforzarme para seguir respirando. Todos mis sentidos enloquecieron al instante. 
—¿Por qué has vuelto? —susurré. 
—Porque creo que no puedo seguir por más tiempo alejado de ti. 
Se inclinó hacia mí, pero sus labios pasaron de largo de los míos. 
Se posaron suavemente sobre mi cuello y besaron la piel que cubría mis venas. 
Escapó de mí un delirante gemido y una tentadora sensación de calor se apoderó de mí. 
La mano que con tanta delicadeza me había acariciado hasta entonces cambió de repente y me sujetó la muñeca con fuerza. 
No me importó en absoluto. 
Jamás me habría resistido a él, me hiciese lo que me hiciese. Acogería siempre de buen grado cualquier contacto. Y cuando el afilado pinchazo de sus dientes me rasgó la piel, fue la sensación más intensa que había experimentado en mi vida. 
La sangre fluyó por mi cuerpo, caliente y sedosa, provocándome escalofríos de placer. 
Y justo cuando empezaba a sentir su corazón bombeando al compás del mío, se apoderó de mí la oscuridad más completa. 
Dejó de morderme sin más. 
Un temblor frío que ya conocía se apoderó de mí: la reacción de mi cuerpo a la separación. 
Me derrumbé sobre la cama. Peter me sujetaba aún por la muñeca, pero si apretaba un poco más, acabaría partiéndome los huesos. 
Se inclinó y escupió en el suelo. 
—¿Qué has hecho? —Peter se volvió hacia mí; respiraba con dificultad. La agonía ardía en su mirada y su expresión era de absoluta perplejidad—. Tu sangre está amarga. ¿Qué has hecho? ¿Has permitido que Jack...?
 —Peter. —Negué con la cabeza e intenté cogerle la mano, pero él me la soltó y se apartó de mí. 
—¿Qué has hecho, Alice? —repitió quejumbrosamente. Jamás en mi vida había visto una expresión tan torturada como la de Peter en aquel instante. 
Se pasó la mano por el pelo y me dio la impresión de que iba a vomitar en cualquier momento. 
—Peter. Yo no... —Intenté sentarme en la cama, pero me lo impidió una abrumadora sensación de vértigo. 
Mi agotamiento se había multiplicado por diez. 
A pesar de que Peter había bebido una cantidad mínima de sangre, ésta se había sumado a la que ya había perdido previamente. 
Intenté pensar, razonar con él, pero mi mente estaba asfixiada. 
La falta de sangre, combinada con la confusión que me inspiraba Peter, eran demasiado para mí. 
Cerré los ojos con la intención de despejarme un instante y cuando volví a abrirlos, Peter había desaparecido. 
Sabía que tenía que llamar a Jack, o a Milo, o a alguien. 
Tenía que avisarlos del regreso de Peter y de que se había enterado de lo sucedido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario